El casino social es un nuevo tipo de juego que combina elementos típicos de un casino con los de una red social, ofreciendo así la posibilidad de jugar con amigos o incluso desconocidos sin tener que sacrificar tu propio dinero. Por tanto, no entran en la categoría de juegos de azar per se. Sin embargo, existen zonas grises en varios ámbitos de preocupación. Para entenderlos, primero debemos descubrir cómo funcionan.
Cómo funciona el casino social
Los casinos sociales están diseñados para permitir a los jugadores encontrar entretenimiento sin invertir dinero, al igual que las tragamonedas gratuitas.
Estos casinos representan una convergencia entre los casinos en línea y las plataformas de redes sociales, y están disponibles en dispositivos móviles (a través de aplicaciones descargables gratuitas) y computadoras de escritorio. En términos generales, las versiones móviles son más populares ya que los usuarios gravitan hacia estos juegos principalmente para disfrutarlos e interactuar con otros jugadores.
Con su diseño gráfico simple y referencias a dibujos animados, los casinos sociales buscan atraer a una audiencia diferente a la de los casinos en línea tradicionales. No obstante, aún conservan la esencia de los juegos de casino clásicos, ofreciendo opciones como blackjack, video póquer, baccarat, ruleta y máquinas tragamonedas.
Una de las ventajas de un casino social es la posibilidad de disfrutar de una amplia variedad de juegos, conectarse con amigos y extraños y participar en tablas de clasificación virtuales o eventos especiales. Estos juegos no utilizan dinero real, sino fichas virtuales. Esto significa que es imposible ganar dinero real.
Sin embargo, hay un detalle importante que a menudo se pasa por alto: cuando te quedas sin fichas gratis, ya no podrás jugar. En este punto, los jugadores deben esperar un cierto tiempo o comprar más fichas con dinero real. Evidentemente, aquellos que optan por no invertir dinero y comprar más fichas quedan excluidos del ranking.
Además, los casinos sociales ofrecen la opción de comprar boosters (mejoras del juego) o regalos para amigos, en estos casos también con dinero real. Nos encontramos, por tanto, ante una situación ambigua: aunque formalmente no se considera un juego de azar y no está regulado por las leyes correspondientes, tiene ciertas características.
Demanda colectiva en EE. UU.
Una demanda colectiva presentada contra Amazon por un ciudadano estadounidense está causando revuelo en Estados Unidos. Los demandantes dicen que la disputa se centra en casinos sociales que permiten a las empresas de Bezos obtener ganancias a través de casinos sociales que deberían considerarse ilegales. Según la demanda, este tipo de juegos incluirían máquinas tragamonedas al estilo de Las Vegas, lo que haría que los juegos fueran “inusualmente rentables” y “altamente adictivos”.
De hecho, se señaló que “los casinos sociales son tan rentables porque combinan los aspectos adictivos de las máquinas tragamonedas tradicionales con la capacidad de Amazon para aprovechar el poder del big data y la presión de las redes sociales para identificar, seleccionar y explotar comportamientos de consumo adictivos”. “
Además, Amazon no sólo retiene el control total sobre el acceso de los casinos sociales a sus tiendas, sino que también “comparte directamente una parte importante de las pérdidas de los jugadores, que Amazon recauda y controla”, según la demanda.
Hay otra tirada de dados para el gigante del comercio electrónico. De hecho, la demanda afirma que para 2024, Amazon se llevaría el 30% de cada apuesta realizada en la plataforma. Esta cifra es alucinante si tenemos en cuenta que la proporción de casinos físicos se sitúa entre el 1% y el 15%. Traducido a números, esto significa que el gigante del comercio electrónico ha ganado 1.800 millones de dólares.
Esta no es la primera vez que los casinos sociales generan controversia. En agosto de 2024, International Game Technology y DoubleDown Interactive vendieron tokens virtuales ilegales y resolvieron el asunto con un pago de 415 millones de dólares.
Claramente, los casinos sociales merecen más atención institucional, ya que la línea entre el juego puramente recreativo y el juego es particularmente fina en este contexto.